Flora intestinal: salud para la mamá y el bebé

Tenemos en nuestro intestino más de 100 billones de bacterias, es decir, diez veces más que el número de células de nuestro organismo. Representan una masa de 1 a 2 kg de nuestro peso corporal y  las especies bacterianas que componen esta flora son únicas, es decir, ningún intestino se parece a otro.

La flora intestinal vive en auténtica simbiosis con nuestro organismo, de hecho, puede considerarse como un órgano completo, dado lo fundamental de sus funciones:
-         Supone un efecto “barrera” para la implantación de bacterias que pudieran ser patógenas.
-         Sintetizan muchas vitaminas, principalmente vitaminas K y del grupo B.
-         Segregan enzimas que refuerzan la digestión cuando hay residuos no digeridos o en caso de insuficiente secreción enzimática para la digestión por el individuo.
-         Ayuda a reforzar la impermeabilidad intestinal, es decir, a conservar en buen estado las células que forman la mucosa intestinal, los colonocitos.
-         La flora desempeña un papel fundamental en la estimulación del sistema inmunitario. Para que nos demos cuenta de su importancia, el sistema inmunitario intestinal, contiene tantas células inmunitarias como todos los órganos inmunitarios juntos (timo, bazo, médula ósea, ganglios y sangre).


 Antes de nacer, el sistema intestinal de un bebé es estéril. La primera siembra de gérmenes proviene de la flora vaginal de la madre y del entorno. Ésta se realiza cuando se produce un parto normal, es decir, vaginal. Decir que la flora vaginal de la madre tiene mucha relación con la flora intestinal, por lo tanto debemos cuidar especialmente nuestra flora intestinal en el embarazo, para llegar al parto en condiciones óptimas. La alimentación, como siempre, será nuestro principal aliado. También se puede recurrir, si se desea, a la toma de probióticos de calidad, ya que han demostrado su eficacia en la mejora de la salud del bebé en el futuro.

La segunda siembra depende de la lactancia porque la leche materna no es estéril, tal y como se pensaba, sino que aporta lactobacillus que, después de un mes de lactancia sustituyen las bacterias inicialmente aportadas por la flora vaginal de la madre.

Bajo la influencia de la fisiología intestinal y de la alimentación, las poblaciones bacterianas serán diferentes. Los niños lactantes desarrollan una flora dominada por las bifidobacterias, mientras que los niños alimentados con leche maternizada (no materna) tendrán una flora más variada y menos rica en bifidobacterias. Esta diferenciación en la flora se asocia a menos infecciones y reacciones de tipo alérgico en los niños lactantes. Del mismo modo, se la obesidad y el sobrepeso son menos frecuentes en los niños y adolescentes que tomaron lactancia materna.

Animo a todas las mujeres embarazadas a cuidarse de forma holística, por supuesto, poniendo el foco también en su salud intestinal y la flora bacteriana.
Esto redundará en la salud propia y la del bebé.

Sexualidad y Pareja

El próximo sábado, tiene lugar nuestro 2º taller y te esperamos para hablar sobre sexualidad y pareja durante el embarazo y el periodo de post-parto.

La maternidad forma parte de la vida sexual de la mujer, una etapa diferente y llena de posibilidades tanto en el embarazo como después y es en esas épocas donde pueden surgir dudas sobre las posibilidades que tenemos al mantener relaciones: ¿dañará esta postura al bebe? ¿puedo seguir utilizando juguetes sexuales? ¿puedo seguir masturbándome? 

Estas y tantas otras preguntas que puedas tener, tendrán respuestas de mano de Miriam Sierra, sexóloga y doula.

Te animamos a que vengas a compartir, a conocer a otras mujeres y JUNTAS pasemos una gran mañana.